El servicio de Extensión de Oregon State University (OSU) comienza esfuerzos comunitarios para incrementar vacunación entre latinos

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NEWBERG, Oregón. – El hombre vestido con ropa de trabajo para construcción se detuvo a leer el papel que sostenía en sus manos.

Era un volante que anunciaba “Noche de Cultura”, un evento para celebrar la cultura latina, programado más tarde ese día en la biblioteca pública de Newberg, donde se realizaría junto con una clínica de vacunación de COVID-19.

Jaime Guillén, que le había entregado el volante al hombre, guardó silencio por un momento mientras le daba oportunidad de leerlo. Guillén, asistente del programa de Extensión 4-H Youth Development, se encontraba en Newberg con Rafael Palacios, un voluntario de 4-H. Repartían volantes impresos en inglés y español para difundir información sobre la clínica de vacunación durante la Noche de Cultura.

El hombre dijo no estar vacunado y que no tenía prisa por hacerlo. Pero sospechaba que su lugar de trabajo lo iba a requerir.

Luego que Guillén y el hombre tuvieron una conversación en español, éste le dijo que iría a la clínica para vacunarse y que llevaría a toda su familia. Expresó estar deseoso de hacerlo.

Los latinos de Oregón, que se han visto afectados de manera desproporcionada por la pandemia están siendo vacunados a ritmos que están por detrás de otras razas y etnias. Extensión de Oregon (OSU), a través de su Programa de Salud Familiar y Comunitaria en la Facultad de Salud Pública y Ciencias Humanas, recibió fondos para agilizar la divulgación local y establecer la confianza y aceptación de las vacunas en la población latina del estado.

OSU recibió dichos fondos a través de Extension Collaborative on Immunization Teaching & Engagement (EXCITE), una iniciativa de Extension Foundation, U.S. Department of Agriculture National Institute of Food and Agriculture y Centers for Disease Control and Prevention.

La facultad de OSU y otros dos programas de Extensión, 4-H y Juntos, colaboran en el proyecto. Otros en College of Public Health and Human Sciences, incluido OSU Center for Health Innovation, y College of Pharmacy, están ofreciendo asesoría experta.

Enfrentar la desinformación

Antes de ir a Newberg, Guillén y Palacios visitaron vecindarios con alta población latina en Corvallis, Monroe y Newport en semanas recientes. Ellos van de puerta en puerta, entregando información sobre eventos relacionados con la vacuna COVID-19. Mario Magaña, profesor asociado de OSU y coordinador estatal de extensión de 4-H, reclutó a Guillén para el esfuerzo de difusión de vacunación.

“Todo lo que necesito es un evento”, expresó Guillén de camino a Newberg desde el campus de OSU. “Si tienen un volante, yo me ocupo del resto”.

Pronto, a Guillén y Palacios se les unirán varios equipos de voluntarios que recibieron capacitación de OSU Extensión sobre vacunas. Los voluntarios apoyarán a las organizaciones comunitarias y los departamentos de salud del condado sondeando vecindarios con alta población latina para alentar la participación en las próximas clínicas de vacunación.

En camino a Newberg, Guillén dijo sentirse motivado para realizar esta labor de esfuerzo comunitario pues ve información errónea sobre las vacunas en las redes sociales en español y por lo que escucha en la comunidad latina.

“La desinformación se propaga muy rápido en las redes sociales”, afirmó. “La gente cree las cosas falsas que lee y escucha”.

La religión también juega un papel en la indecisión a vacunarse, dijo.

“Tengo amigos que no han sido vacunados y dicen que tienen fe de estar protegidos por Dios”, dijo Guillén.

Guillén y Palacios, con gorras iguales de béisbol de OSU y camisetas naranjas 4-H estilo Tommy Bahama, llegaron a Newberg a media mañana. Ninguno de los dos había estado en la ciudad de aproximadamente 24,000 habitantes en el condado de Yamhill que alberga a George Fox University. Newberg está a 25 millas al suroeste de Portland, por lo que el tráfico es rápido en la autopista 99 que atraviesa el centro de la ciudad.

Según las estimaciones demográficas de 2019 (los resultados del censo de 2020 aún no están disponibles), el 14.3% de la ciudad era latina.

La primera parada fue la biblioteca, para asegurarse de que el evento se desarrollara según lo planeado. Guillén imprimió 100 volantes, con español en el anverso e inglés en el reverso, para repartir ese día. Después de verificar que la clínica está funcionando según lo planeado, pregunta: “¿Dónde viven los hispanos en Newberg?” Entonces es referido a las oficinas del Distrito Escolar de Newberg, a menos de una milla de distancia en el centro de la ciudad. Allí, hace la misma pregunta a los empleados del distrito que están repartiendo desayunos y almuerzos gratuitos.

Al momento de irse se encuentran con una mujer que habla español con la que entablan una breve conversación en la que Guillén le pregunta si puede decirle dónde puede encontrar barrios hispanos. Le entrega un volante y le pregunta si ha sido vacunada. No lo ha hecho. Está embarazada y su médico le dijo que dependía de ella vacunarse o no. [The Centers for Disease Control and Prevention ahora alientan a todas las mujeres embarazadas a recibir la vacuna COVID-19].

Guillén y Palacios siguen sus instrucciones y se detienen en un pequeño complejo de apartamentos de unas 20 unidades. Usando cubrebocas, tienen un sistema en el que Guillén llama a la puerta mientras Palacios está detrás de él. Si no hay respuesta, Guillén vuelve a llamar. Si luego de 10 segundos no hay respuesta, Palacios deja un volante.

De los residentes que abrieron su puerta, aproximadamente la mitad dijeron haber sido vacunados. Los demás dijeron que no estaban interesados, ​​y la cerraron.

“Si están en contra de la vacuna, te dan una mirada y no aceptan el volante”, dijo Guillén antes de llegar a Newberg. “Me gustaría que la gente quisiera tener una conversación sobre las vacunas, pero hasta ahora, no es así”.

Su siguiente parada fue un parque de casas móviles. Guillén condujo lentamente por el parque, preguntándose en voz alta si valía la pena detenerse para ir de puerta en puerta. Fue entonces cuando vio a un hombre en su cochera. Guillén puso el auto en reversa y bajó la ventanilla.

“¿Habla español?”

“Sí.”

Este es el hombre que no ha tenido prisa por vacunarse, pero lo hará si su trabajo lo requiere. Guillén le pregunta si otros hispanos viven en el parque. Sí, afirmó el hombre, señalando al otro lado de la calle. Guillén estacionó su auto y comenzó el trabajo de puerta en puerta.

‘Valió la pena’

Guillén y Palacios hablan con una mujer que les dice que no ha sido vacunada. Las vacunas se hicieron demasiado pronto, dijo. No fueron probadas. Ella simplemente no quiere recibir las inyecciones. Guillén dijo que se utilizó nueva tecnología para desarrollar las vacunas más rápidamente que otras en el pasado. Son seguras y efectivas, dijo con voz amistosa.

Ella guardó el volante y dijo que lo pensaría.

“Lo principal es no molestarse por las respuestas”, dijo Guillén. “Sigue haciendo lo que estás haciendo”.

La última persona con la que hablan en el parque de casas rodantes es un hombre joven. Entablan una conversación más larga que las anteriores. El hombre no cree en las vacunas. Causan síntomas de COVID-19, dijo y además piensa que tuvo el virus hace dos años. El año pasado, su esposa enfermó de COVID-19. Él la cuidó, se quedó en casa con ella y no se enfermó.

“La gente tiene esas creencias en su corazón”, dijo Guillén más tarde.

Luego fueron a un pequeño complejo de apartamentos. Solo entregan un volante, a una mujer no latina que dijo haber sido vacunada porque su trabajo lo requería. Ella es la única en su familia en recibir la inyección. Agradece a Guillén por el volante y le dice que le contará a su hermano sobre la clínica y lo publicará en Facebook.

Durante el almuerzo, Guillén recuerda lo sucedido en la mañana.

“Aunque no llegamos donde vivían muchos hispanos, lo hicimos bastante bien”, expresó.

Por último se le pregunta a Guillén sobre el hombre no vacunado que dijo que iría a la clínica de vacunas esa noche.

“Incluso si solo conseguimos vacunar a una persona, valió la pena”, concluyó.

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